A pesar de la desaceleración económica, España sigue apoyando el gasto en educación superior, aunque ha aumentado la cuota mínima a una razonable aún 1.000 € al año. Mientras que la obtención de una beca o un préstamo para estudiar en Portugal puede no ser tan fácil como en muchos otros países en Europa, sigue siendo una práctica expectativa. Sólo uno de cada seis estudiantes portugueses reciben una subvención basado en las necesidades del gobierno.